Los orígenes del Feng Shui se enraízan en China y una particular visión del mundo. Básicamente, imagina que es el arte de manejar las energías del ambiente para configurar un espacio salubre, energizante y sanador.
La cosmovisión china que lo sustenta se basa en la creencia en una energía (Chi) que se relaciona con los elementos de un lugar. Así, para un correcto Feng Shui, se observa el terreno donde se ha construido la casa, teniendo en cuenta los puntos cardinales.
Luego, se entra al hogar y se comprueba la distribución de todos los elementos. También los colores predominantes. Finalmente, por seguir un cierto orden, se consulta el calendario chino. Un estilo milenario que favorecerá el alquiler de la vivienda por la armonía que aporta a las personas que la visitan.
Veamos cómo conseguir un hogar para nuestros inquilinos. Si se consiguen los aspectos más básicos, no querrán marcharse, alargando la vida del contrato de alquiler.
Concentrar y dispersar son las acciones básicas
Comencemos con algunas aplicaciones prácticas. El Feng Shui pretende modelar la energía del ambiente para concentrarla debidamente, después de depurarla o seleccionar la mejor corriente. Quédate con la idea de que el Chi (la energía) debe concentrarse para poder actuar. Si se dispersa no nos sirve de nada.
Pero no podemos concentrar energía sin más. Hay que depurar y seleccionar: hay un Chibueno y otro malo. Para seleccionar el positivo lo mejor es rodearse de formas ondulantes, redondeadas. Mira por tu ventana, sal al exterior de tu casa. ¿Qué formas predominan?
El Chi malo fluye por las formas puntiagudas, rectilíneas, cuadriculadas. Las rectas son como dardos de Chi maligno, que solo golpea, hiere.
Podríamos tener en cuenta una tercera opción, que es la que contempla un espacio donde el Chi no llega debidamente.
Purificar el ambiente
Esto cumple dos funciones: dispersar el Chi maligno creado por encontronazos personales o baches existenciales y toma de conciencia de todo lo que configura tu hogar.
¡Atención!, se trata de un ritual sencillo que dispersa Chi negativo. Equilibrar y concentrar el Chi en el hogar supone otros pasos, que daremos a continuación de este sencillo ritual.
Solo necesitas agua caliente y cáscaras de naranja. Toma las pieles de 3 naranjas y córtalas en trocitos pequeños. Introdúcelos en agua caliente y vete por toda la casa esparciendo gotitas de ese agua.
Una vez que termines, deshazte lejos del agua y come la pulpa de las cáscaras, a modo de comida ritual final. Según pases por las diferentes habitaciones, visualiza las gotitas de agua absorviendo toda influencia negativa.
El exterior del hogar
Y recuerda que las líneas ondulantes siempre van a resultar beneficiosas, así que huye todo lo que puedas de las rectas.
Antes de nada, sitúa los puntos cardinales, pues nos guiaremos por ellos para realizar algunas acciones beneficiosas. Hay app que funcionan como brújulas y es la mejor opción, de tal modo que no se te escape un solo punto.
Empezando por el norte, tenemos el elemento agua, así que lo mejor es incluir aquí una fuente.
– Noreste, el elemento tierra, que puedes sintonizar con elementos de piedra, incluso una estatua.
– Este, la madera mayor, buena zona para árboles, tanto ornamentales como frutales.
– Sudeste, la madera pequeña, donde irían las plantas y macetas.
– Sur, que representa y sintoniza con el fuego, así que le van bien las luces, sobre todo rojizas, y las esculturas de aves.
– Sudoeste, elemento tierra, destinado a elementos similares al noreste.
– Oeste, el metal pequeño, perfecto para campanillas de jardín.
– Noroeste, o del metal mayor, perfecto para continuar con decoración de campanillas metálicas o, mejor, una escultura metálica o pétrea.
Aunque las plantas y árboles pueden escogerse según su simbolismo, lo mejor es adaptarse a las especies propias del lugar, de modo que aseguremos su supervivencia y floración. Tanto las plantas como las macetas, ayudan con sus formas redondeadas.
Las puertas de entrada, selectoras del Chi
Esto implica que ha de cuidarse la entrada al hogar de modo que uno sienta que es bienvenido. Buscar formas redondeadas en adornos, figuras, moldes de fotos y similares, hace que el Chi fluya libremente. Una decoración que reavive tu ánimo, la inclusión de fotos familiares y el uso de colores, como el salmón o el amarillo.
En la medida de lo posible, personaliza el recibidor, dale vida, ilumínalo, recuerda que es tu tarjeta de presentación, para los invitados, y de bienvenida, para los de casa. Si quieres, por la parte exterior, cuelga un conjunto de armoniosas campanitas de viento.
No se recomienda el uso de espejos grandes enfrente de la puerta.
El salón, el centro de la casa
Busca un centro, que significarás mediante una mesa baja, una preciosa alfombra, decoración luminosa, flores o similares. Cuantos más elementos converjan, mejor.
A su alrededor, los asientos de la familia, personales, bonitos, de colores luminosos. Rodea con ellos el centro, o crea ángulos que permitan la comunicación fluida, cara a cara.
Todavía queda el espacio detrás de ellos, que puedes personalizar y dotar de vida con estanterías, decoración de formas suaves, flores y plantas, libros y fotos familiares.
Las ventanas son muy importantes, ya que dejan pasar la luz solar. Cuanta más iluminación natural, mejor. Complementa la luz natural con esencias que recuerden el campo y las flores.
Descanso e intimidad, el dormitorio afinado
Atención, pues a paredes y vanos. Las paredes deben primar en el dormitorio y los vanos (ventanas y puertas) ser bien controlados. ¿Por qué? Porque son conductos poderosos de Chi. Trasladan por toda la casa el poder dinámico del Yang, sin embargo, en el dormitorio no queremos que se quede tal fuerza movilizadora.
Veamos cómo equilibrar nuestra zona de descanso. En primer lugar, colocando la cabecera de la cama contra una pared. En segundo lugar, procurando que ninguna puerta esté alineada con la cama. Como tercer punto, no colocar ningún espejo grande que refleje cama y durmientes.
Como detalle final, procurar que el cielo raso sobre la cama sea liso, sin vigas a la vista, recto, sin inclinaciones (sobre todo, sin inclinaciones sobre la cabecera), y sin elementos grandes de ventilación o iluminación.
Este último detalle puede atenuarse sencillamente: que las luces no vayan en lámparas, sino empotradas en el techo, que no sean voluminosas. Respecto al ventilador, si no puede moverse, que sea un modelo pequeño, del mismo color, o parecido, que el techo.
¿Qué tipo de luces son las mejores? Las que no van en el techo, sino sobre mesillas, por ejemplo. Los expertos recomiendan diferentes tipos de luz, de modo que creemos diferentes atmósferas. Que la luz sea de tonos cálidos.
También los colores de las paredes, y los diferentes elementos, deberían combinarse y contrastar levemente entre ellos. Van bien los suaves y cálidos, huyendo de los extremos fríos o estridentes. Apuesta por los salmón, limón, violeta suave y parecidos.
La cocina, otro centro importante de vida y comunicación
El mejor lugar de la casa, para situar la cocina, es el oeste. Si se puede, en su centro debería colocarse algo, como una mesa, que equilibre la estancia. Como recomendamos respecto a la sala de estar.
Los 2 elementos que priman en la cocina son el agua y el fuego. Su relación es de mutua anulación y destrucción. Si la cocina aún está por amueblar, no juntes electrodomésticos que funcionen o trasmitan agua con los que funcionan con fuego o calor.
Cuando la cocina la recibimos ya lista y resulta que, por ejemplo, se encuentran muy cerca el horno y el lavavajillas, una solución sería aportar madera entre ellos. El elemento madera ayuda a regular las relaciones nefastas entre agua y fuego. Introduce elementos decorativos en este material.
Otra manera de conciliar los contrarios es mediante el color. Busca pintar paredes y muebles de color verde o amarillo, o colores ocres que transmitan elemento tierra, cuando no elijas el blanco.
Respecto a la puerta, que transmite Chi potentemente, mejor que quede siempre a un lado del que cocina. Recibir la energía que pasa de frente o de espaldas acaba perjudicando. Y pasa, en modo negativo, a los alimentos.
El comedor que armoniza y alegra
Los elementos que deben primar son el metal y la madera. Su colocación pide cercanía a la cocina, pero lejanía respecto de la puerta de entrada.
Podemos crear un centro que tendrá la mesa familiar como objeto relevante. La forma de la mesa es de primera importancia y suele recomendarse la circular. De este modo, todos quedan cómodamente colocados respecto de sus cercanos, nadie se siente enfrentado con otro comensal y la comunicación se vuelve más fluida.
Además, la forma redonda es buena transmisora de Chi favorable y se corresponde con el elemento metal, simbolizando fraternidad.
Cuida los asientos, de modo que sean iguales, personales y cómodos. También la decoración, que hablará de los residentes y su vida familiar. Juega con colores cálidos, que estimulan el apetito y la apertura festiva, y tipo pastel, que transmitan la calma del encuentro y la ausencia de prisas.
No coloques a ningún comensal enfrentado a una puerta o de espaldas a ella. Aunque, si no puedes dejar de hacerlo, provéelo de una silla con respaldo alto.
Si en el dormitorio, y la entrada, no se recomendaba el uso de grandes espejos que reflejasen a los residentes, aquí sí se permite, de modo que multiplique la presencia amiga de los comensales y el don de las viandas.
El baño, una habitación difícil
Hoy en día no se concibe una construcción así. Por ello, expertos europeos recomiendan no preocuparse y actuar a otros niveles. ¿Cómo?
El elemento que prima es el agua. Pero, muchas veces, de forma nefasta: en forma de humedad, frialdad. Y de la iluminación, del elemento fuego, tres cuartas partes lo mismo: escasa, fría. La primera solución, para ambos casos, consistiría en una ventilación diaria y una iluminación artificial cálida.
A continuación, los colores. Elige los claros, pero con calidez, azul, verde, rojo, naranja, rosa y parecidos. a poder ser, sin que prime ninguno, sino en combinación armónica. Y, si puedes, acompañados de la colocación de alguna planta (si es natural, mucho mejor).
Para equilibrar elementos, aporta madera y fuego, los dos juntos. Puedes conseguirlo mediante la decoración, en forma de objetos pequeños, fotos de paisajes, plantas naturales, velas, lamparitas y botes decorativos donde se mezclan conchas y piedras.
Como recomendación final, busca un ambiente relajado, funcional y atractivo, que transmita la esencia de lo que debe ser, con elementos armónicos, lejos de la sobrecarga visual o de los grandes espacios vacíos.
Combina elementos. Solo hemos dado algunas recomendaciones prácticas, pero te será fácil iniciarte en sus relaciones. Solo piensa cómo sucede en el mundo físico: agua y fuego se destruyen, madera y fuego dan calor, agua y tierra son sustento de vida, y así podríamos seguir hasta conocer y analizar en profundidad todas las relaciones buenas y nefastas entre los elementos.
Alquilar una vivienda basada en el Feng Shui será mucho más fácil, aportando paz a nuestros inquilinos.